Comunidad parroquial viva y unida

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Limpieza del Templo Sara Díez

11/9/2025

A principios de septiembre recién aterrizada de las vacaciones me pidieron que organizara la limpieza de la Parroquia tras las obras. Así que me puse manos a la obra, no si antes alzar la mirada al cielo pedir ayuda al Señor y darle gracias por la tarea tan bonita que me habían encomendado. Lo primero que hice es pedir ayuda a las personas que yo creía que podían encabezar los turnos de trabajo, para mi los mejores, y desde luego que no me equivoqué, bueno Él no se equivocó. Ninguno me dijo me no, todos dispuestos.

Así empezamos el lunes mañana y tarde unos pocos,  nos dimos cuenta de la envergadura del encargo y que allí se necesitaban muchas manos si queríamos abrir el 13 de septiembre. Pues dicho y hecho, mensaje WhatsApp de convocatoria al Consejo Pastoral para que los responsables lo distribuyeran en los distintos grupos y empezamos. La sorpresa es que el grupo fue creciendo exponencialmente día a día y la respuesta fue impresionante. Mayores, Jóvenes y Niños todos juntos en una tarea preciosa, acondicionar nuestra casa, la Casa de Dios, la Parroquia, para dejarla limpia y reluciente. Alguna tarde hemos llegado a estar más de veinte, todos ocupados haciendo miles de tareas, quitando las gotas de escayola y pintura del suelo y paredes, limpieza de los  confesionarios, el altar, las sedes, el Sagrario, los bancos, no sólo de polvo sino de chicles que se arrancaron con espátulas,  las sillas del coro, la retirada de trastos y más trastos acumulados a lo largo de mucho tiempo, en fin mucha tarea.

El resultado ha sido un templo limpio y reluciente, pero eso seria quedarse corto. El resultado ha sido una Comunidad parroquial viva y unida que ha trabajado para un fin común, dejar la casa preparada para afrontar con muchas ganas e ilusión el nuevo curso. De nuevo gracias a Dios por tanta gente buena.