Paloma Cortejarena Krahe
Una de las actividades de la Red Fraterna de Buen Suceso es el Acompañamiento, que consiste en llamar por teléfono a aquellas personas mayores que voluntariamente hayan dado sus datos en la parroquia. Algunas porque viven solas, o no salen de casa, y otras que salen e incluso viven con familiares, pero quieren mantener el contacto con su parroquia.
Las llamamos para saber si están bien, si les podemos ayudar en algo, si necesitan comulgar, confesarse o que les visite algún sacerdote. A lo largo de estos meses hemos charlado con personas que no conocíamos personalmente y nos han contado su día a día, cómo están viviendo la situación actual, si duermen bien o lo que echan de menos; también si ven la misa por el canal de YouTube de la parroquia (BUENSU Visión) cuando no pueden ir. Nos hemos felicitado la Navidad, hemos comentado la gran nevada, los viajes que no podemos hacer, las noticias sobre vacunas, etc.
En Semana Santa ha llegado la «Operación Torrijas«: tres voluntarias, Isabel, Josefina y Sara, han preparado torrijas para los ‘acompañados’ que las quisieran.
Yo tuve la suerte de poder llevárselas a Pilar, una de las señoras con las que hablo. Se las entregué la tarde del Domingo de Ramos en su casa y tuvimos una breve conversación en el descansillo, cumpliendo con el protocolo. Por la noche me llamó para decirme que estaban buenísimas y que les habían encantado a su marido y a ella.
Pero a mí lo que más me emocionó fue que añadiera:»¿Y sabes qué es lo que más ilusión me ha hecho? …que nos conociéramos en persona».
Sucesos así me alegran el corazón.
No puedo estar más agradecida por tener esta oportunidad de vivir en comunidad, de sentirme útil y de pertenecer a esta Red Fraterna.
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